El asma es una enfermedad crónica que afecta a personas de todas las edades. Se debe a la inflamación y la contracción de los músculos que rodean las vías respiratorias, las cuales dificultan la respiración.
Puede causar síntomas como tos, sibilancias, falta de aire y opresión en el pecho, que pueden ser leves o graves y aparecer y desaparecer con el tiempo.
Aunque a veces reviste gravedad, el asma se puede controlar con un tratamiento adecuado. Las personas que presentan síntomas de asma deben acudir a un profesional de la salud.
Repercusiones
El asma es una enfermedad que se diagnostica y se trata menos de lo que debiera, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos.
Si no se trata correctamente, puede causar trastornos del sueño, cansancio durante el día y problemas de concentración. Además, las personas asmáticas y sus familiares se ausentan a veces de la escuela y el trabajo, lo cual tiene repercusiones económicas para la familia y la sociedad en general. Cuando una persona asmática presenta síntomas intensos, puede necesitar atención urgente y, en ocasiones, ser hospitalizada para someterse a tratamiento y seguimiento. En los casos más graves, el asma puede causar la muerte.
Síntomas
Los síntomas pueden ser distintos según la persona. Cuando se agravan mucho, se produce una crisis asmática. Estos síntomas suelen ser más intensos durante la noche o al hacer ejercicio.
Los síntomas habituales son:
- Tos persistente, sobre todo por la noche
- Sibilancias al espirar y, a veces, al inspirar
- Disnea o dificultad para respirar, a veces incluso en reposo
- Opresión en el pecho que no permite respirar profundamente
En algunas personas, los síntomas se exacerban cuando están resfriados o hay cambios de temperatura. Otras causas desencadenantes pueden ser el polvo, el humo, algunos vapores, los pólenes de gramíneas y árboles, el pelaje y las plumas de animales, los jabones fuertes y los perfumes.
Además, hay enfermedades que pueden causar asma. Las personas que presentan síntomas de asma deben consultar a un profesional de la salud.
Causas
Aunque hay diversos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer asma, a menudo es difícil encontrar una única causa directa.
- La probabilidad de padecer asma es mayor si se tienen familiares asmáticos, sobre todo los más cercanos como los padres o hermanos.
- Las alergias, como los eccemas y la rinitis, aumentan el riesgo de que aparezca asma.
- Se sabe también que la urbanización da lugar a un aumento de la prevalencia del asma, probablemente a causa de varios factores que guardan relación con los hábitos de vida.
- Hay factores que pueden afectar a los pulmones en desarrollo en etapas tempranas de la vida y aumentar el riesgo de padecer asma, como la insuficiencia ponderal del recién nacido, la prematuridad, las infecciones víricas de las vías respiratorias, y la exposición al humo de tabaco y otras fuentes de contaminación del aire.
- También se cree que el riesgo puede aumentar por exposición a alérgenos y sustancias irritantes del entorno. Puede tratarse de contaminantes del aire en espacios cerrados y en el exterior, ácaros del polvo doméstico, mohos y sustancias químicas, humos o polvo en el lugar de trabajo.
- Otro factor que incrementa el riesgo de padecer asma es la obesidad, tanto en los niños como en los adultos.
Tratamiento
El asma no se puede curar, pero sí aliviar con distintos tratamientos. Es habitual usar unos aparatos llamados inhaladores que envían los fármacos directamente a los pulmones.
Gracias a estos inhaladores, se reducen los síntomas y las personas pueden llevar una vida normal y activa.
Los inhaladores pueden contener dos tipos de fármacos:
- broncodilatadores, como el salbutamol, que abren las vías respiratorias y alivian los síntomas; y
- corticosteroides, como la beclometasona, que reducen la inflamación de las vías respiratorias y, de ese modo, alivian los síntomas del asma y reducen el riesgo de que se produzcan crisis asmáticas intensas que puedan producir la muerte.
A menudo, las personas asmáticas han de usar un inhalador a diario, si bien el tratamiento depende de la frecuencia de los síntomas y de los distintos tipos de inhaladores disponibles.
Utilizar un inhalador puede resultar difícil, sobre todo para los niños o en las situaciones de emergencia. Las cámaras de inhalación facilitan el uso de aerosoles y ayudan a que el medicamento llegue mejor a los pulmones. Una cámara de inhalación es un recipiente de plástico con una boquilla o mascarilla en un extremo y un orificio para acoplar el inhalador en el otro. Se pueden fabricar en casa con una botella de plástico de 500 ml, que puede ser tan eficaz como las cámaras comercializadas.
En numerosos países, muchas personas no disponen de los inhaladores que necesitan. En 2021, la mitad de los centros de atención primaria de los países de ingresos bajos y de los de menor renta de la franja de ingresos medianos disponían de broncodilatadores, y un tercio tenían inhaladores con corticosteroides.
También es importante sensibilizar a la opinión pública para aclarar informaciones erróneas y no estigmatizar a las personas asmáticas.
Cuidado personal
Las personas que padecen asma y sus familiares necesitan aprender a conocer mejor su enfermedad, el modo de tratarla y los factores que la desencadenan, a fin de evitar estos factores y tratar los síntomas en sus hogares.
Es importante que las personas con asma sepan cómo aumentar el tratamiento cuando los síntomas empeoran para no sufrir una crisis grave. Los profesionales de la salud pueden ayudarles a controlar mejor su tratamiento explicándoles cómo actuar en esos casos.
Respuesta de la OMS
El asma es una de las enfermedades incluidas en el Plan de Acción Mundial de la OMS para la Prevención y el Control de las ENT y en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
La OMS está adoptando medidas para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad.
Por ejemplo, ha elaborado el conjunto de intervenciones esenciales contra las ENT para contribuir a mejorar el tratamiento de estas enfermedades en la atención primaria de las zonas con pocos recursos. Este conjunto de intervenciones incluye protocolos para evaluar, diagnosticar y tratar las enfermedades respiratorias crónicas (como el asma y la EPOC) y módulos de asesoramiento sobre hábitos saludables que, entre otras cuestiones, ayudan a dejar de fumar y a cuidar la propia salud.
Un paso importante tanto para prevenir directamente el asma como para tratarlo es reducir la exposición al humo de tabaco. A este respecto, cabe destacar la contribución del Convenio Marco para el Control del Tabaco y otras iniciativas de la OMS, como el plan de medidas MPOWER o el programa mTobacco Cessation.
Además, cabe destacar la Alianza Mundial contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas, una red que apoya las actividades de la OMS en materia de prevención y control de dichas enfermedades. Las organizaciones nacionales e internacionales y los organismos de numerosos países que integran esta red voluntaria se han propuesto que todas las personas puedan respirar sin poner en riesgo su salud.