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SESAVID aconseja a la población tener precaución en la alimentación durante las festividades navideñas, como medida preventiva para cuidar la salud en especial el hígado.

El conjunto de médicos que conforma el completo equipo de SESAVID señalaron que la alimentación durante las festividades navideñas tiende a ser rica en sabores y tradiciones, pero también puede ser un desafío para mantener una dieta equilibrada y saludable.

SESAVID comparte una lista de algunos alimentos y hábitos que debes evitar o consumir con moderación para proteger la salud de tu hígado:

  • Grasas: Si bien el hígado está diseñado para procesar grasas, el problema surge cuando estas se acumulan por su consumo abundante, lo cual dificulta sus funciones, dando paso a un hígado graso. Es por esto que se recomienda evitar ingerir alimentos clásicos de la Navidad, que son altos en grasas.
  • Azúcares: El exceso de azúcar es más perjudicial de lo que muchas personas piensan. De hecho, pocos conocen que este elemento, además de estar presente en los dulces, también lo están en los hidratos de carbono. “Algunos estudios revelan que la transformación del azúcar en grasas hace que nuestro hígado acumule estas en su interior, provocando una esteatosis hepática, que es lo que popularmente conocemos como hígado graso”. Esta condición es producida normalmente por una ingesta masiva de alcohol, pero también puede surgir producto del exceso de azúcar.
  • Bebidas alcohólicas: El alcohol es tóxico para el organismo, y al tener que procesar tantas sustancias tóxicas, el hígado realiza un sobreesfuerzo y puede lesionarse. “Recordemos que bebidas navideñas como el rompope y el ponche también contienen alcohol, por lo que su consumo debería ser moderado”, advierte el profesional de la salud.

Sobre los principales síntomas de un hígado enfermo recomendamos estar alertas ante los siguientes síntomas, que son los más comunes de un hígado afectado:

  • Cansancio excesivo. Al ser el hígado el principal responsable de la obtención de energía del cuerpo, ya que interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas, los problemas en este órgano podrían provocar un exceso de toxinas, haciendo que los niveles de energía desciendan y la persona se sienta cansada.
  • Dolor en el lado derecho superior del abdomen. La inflamación e irritación del hígado puede provocar un dolor fuerte en la parte superior derecha de la barriga, justo debajo de las costillas. Los pacientes generalmente lo describen como un dolor palpitante o punzante persistente.
  • Coloración amarillenta en los ojos. Este es un síntoma de los casos de gravedad, y sucede porque cuando el hígado está dañado, se produce una acumulación de bilirrubina en la sangre, la cual se manifiesta como tinte amarillo en los ojos, e incluso en la piel.
  • Acumulación de líquido en el abdomen. Otro síntoma de casos graves, conocido como ascitis. Esta condición se caracteriza por la acumulación de grandes cantidades de líquido, provocando el aumento de volumen del abdomen, causando, en ocasiones, pérdida de apetito y dificultad para respirar.

Sobre los cuidados del hígado, es importante tomar medidas preventivas para mantener el hígado funcionando en su totalidad y evitar graves inconvenientes futuros. Entre las principales recomendaciones están:

  • Llevar una dieta balanceada. Para mantener un hígado sano y fuerte se recomienda comer frutas, verduras y vegetales, especialmente cuando las personas han sido diagnosticadas con hígado graso. Las proteínas no deben superar el 20% de la cantidad total de alimentos que se consumen en el día, así también los carbohidratos deberían representar el 50% de los alimentos, mientras que las grasas nunca deben superar el 30%.
  • Evitar alcohol y tabaco. El hígado es el principal encargado de procesar las toxinas, por lo que la ingesta de estas sustancias dificulta sus funciones.
  • Hacer ejercicio diariamente. Al menos 30 minutos de ejercicio diario apoyan el buen funcionamiento del hígado. Algunas opciones de ejercicio podrían ser caminar, realizar aeróbicos, andar en bicicleta, correr, o en general, practicar el deporte de preferencia.
  • Realizarse chequeos médicos periódicos.  Cuando se trata de la salud, la mejor opción es la prevención. Lo ideal es visitar al doctor cada 6 meses, para comprobar el buen estado de salud o detectar alteraciones a tiempo, con la finalidad de iniciar tratamiento de ser necesario.
  • No automedicarse. La automedicación es una acción irresponsable que puede desencadenar efectos secundarios y reacciones adversas, que afecten incluso más la salud. Es sumamente importante consultar a un profesional de la salud ante la aparición de cualquier síntoma.

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