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Los miomas uterinos son los tumores más frecuentes del aparato genital femenino y, probablemente, el tumor benigno más frecuente en la mujer.

Se originan a partir del músculo liso uterino y con frecuencia son asintomáticos. En un 25% de los casos producen sintomatología según su localización o tamaño, como sangrado uterino anormal, síntomas por compresión de estructuras vecinas, dolor pélvico o infertilidad.

En miomas pequeños y asintomáticos se puede optar por una conducta expectante (control evolutivo), mientras las mujeres permanezcan asintomáticas y no se observe un crecimiento exagerado del mioma.

En pacientes cercanas a la edad de la menopausia y asintomáticas, debemos considerar también el manejo expectante incluso con cierta independencia del tamaño del mioma, dado que después de la menopausia es normal observar una disminución de tamaño o incluso la degeneración de este.

La ablación por radiofrecuencia es una alternativa reciente para el tratamiento mínimamente invasivo de los miomas. En la Clínica se utiliza esta técnica de manera habitual, con unos resultados excelentes a corto y largo plazo.

Alrededor de un 50-80% de los miomas son asintomáticos. Los síntomas que podemos encontrar son:

  • Hemorragia uterina. Es el síntoma más frecuente (62%). Suele presentarse en forma de regla abundante (menorragia) y se asocia típicamente a miomas submucosos.
  • Dolor. Puede ser por torsión, dilatación cervical (mioma parido), degeneración del mioma o compresión nerviosa.
  • Síntomas por compresión extrínseca. Síntomas urinarios por compresión vesical o estreñimiento por compresión intestinal.
  • Aumento del volumen abdominal.
  • Anemia.
  • Infertilidad. El mioma puede impedir la fecundación o la implantación debido a su localización en el útero (obstrucción tubárica o alteración de la anatomía normal).

El 20% de los miomas crecen durante el embarazo y regresan a la normalidad tras el parto, y es frecuente la degeneración o necrosis.

Puede aumentar el riesgo de aborto en los que deforman la morfología de la cavidad y la incidencia de partos pretérmino o problemas en el parto en función localización del mioma.

Los síntomas más habituales son:

  • Hemorragia uterina anormal.
  • Dolor en la pelvis o abdomen bajo.
  • Síntomas por compresión extrínseca.
  • Infertilidad

¿Cuáles son las causas de los miomas uterinos?

Se desconoce la causa de los miomas, aunque se acepta que es una tumoración derivada de músculo liso uterino y que rara vez maligniza.

Parece que las hormonas del ciclo menstrual (estrógenos y progesterona) influyen activamente en el crecimiento de los miomas. También otras sustancias, como factores de crecimiento y otras hormonas tienen influencia en el desarrollo del endometrio, actuando sinérgicamente con la progesterona o favoreciendo su actividad. Todo ello podría provocar la alteración genética que propiciase el crecimiento desproporcionado de un grupo de células que formaría un mioma.

¿Quién puede padecerlo?

La incidencia en la población general es del 25%, pero sabemos que se trata de un dato clínico que probablemente infraestima la frecuencia real, que puede superar el 50%. 

La mayoría de las veces se diagnostica en la tercera y cuarta décadas de la vida y además de la raza negra, los antecedentes familiares, la menarquia precoz (primera regla), la obesidad o la carne roja se consideran factores de riesgo.

Por otro lado, se ha encontrado una relación protectora en la multiparidad (tener varios hijos), el tabaco y la ingesta de alimentos de origen vegetal.

También la ausencia de ciclos menstruales por cualquier motivo (como el embarazo), parece tener una influencia favorable.

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